A medida que Biden se estanca, ¿pierde terreno la narrativa "restauracionista"?

Este artículo apareció por primera vez en el blog Ethics & International Affairs.

Aceptando todas las advertencias sobre los caucus del Partido Demócrata de Iowa (el estado no es representativo del Partido Demócrata o del país en su conjunto, el proceso está sesgado hacia activistas comprometidos que están dispuestos a dedicar varias horas a estar presentes, y la realidad es que el número de delegados seleccionados es bastante pequeño), los resultados sugieren que existe un malestar entre los votantes de las primarias sobre las posiciones del "establishment". Puede que la política exterior no haya sido la cuestión más votada, pero hay opciones muy distintas en política exterior, y diferentes candidatos llevarían a Estados Unidos en direcciones muy distintas, algo que comenté con Alex Woodson en un podcast reciente.

El ex vicepresidente Joe Biden es, en términos de política exterior, quien más se asocia con un enfoque "restauracionista" de la política exterior estadounidense, es decir, con el intento de invertir el rumbo y devolver a Estados Unidos a su enfoque de compromiso hacia delante. Pero lo sorprendente es hasta qué punto otros candidatos matizan su apoyo o entusiasmo; otros parecen abrazar una agenda más modesta o quieren centrarse en la retracción.

Daniel Shapiro y Thomas Schaffner, de Russia Matters, han elaborado perfiles de los aspirantes demócratas en relación con sus posiciones sobre Rusia (y, por extensión, sobre otras cuestiones de política exterior). Al leerlos, uno no puede dejar de notar divergencias no sólo de las posiciones que fueron adoptadas por las administraciones de Obama y Clinton, sino algunos ecos de las propias críticas de Donald Trump. El repliegue y la recalibración son los temas dominantes, especialmente en lo que respecta a la reducción de las cargas y la concentración en las necesidades estadounidenses.

Bernie Sanders ha abogado sistemáticamente por revisar los supuestos básicos sobre el grado de implicación estadounidense en el mundo, señalando: "Necesitamos un debate nacional serio sobre cómo y cuándo utiliza nuestro país sus fuerzas armadas". Él y Elizabeth Warren también han cuestionado los supuestos sobre los beneficios de los pactos de libre comercio celebrados por administraciones anteriores. Como señaló Warren en 2019, "los responsables políticos prometieron que los mercados abiertos conducirían a sociedades abiertas. En cambio, los esfuerzos por llevar el capitalismo al escenario global ayudaron involuntariamente a crear las condiciones para que los competidores se levantaran y arremetieran."

Ninguno de los restantes favoritos propugna la retirada total de Estados Unidos de la escena mundial ni la aceptación de ningún tipo de acuerdo que divida el mundo en esferas de influencia. Ninguno propone abandonar Ucrania, por ejemplo. Pero ninguno de ellos habla de que Estados Unidos asuma la responsabilidad principal y cargue con la mayor parte de los costes. En enero de 2020, Elizabeth Warren señaló que "sí creo que los europeos tienen que asumir una parte significativa del coste de la defensa de Europa". Tom Steyer intervino comentando que, en lo que respecta a Ucrania, "es un ejemplo perfecto de un lugar en el que creo que deberíamos responder con aliados, no solos." Pete Buttigieg parece inclinado a encontrar formas de trabajar con Rusia en la disminución de la amenaza nuclear señalando que "en realidad parece que estamos más lejos de poder trabajar con Rusia en cosas como la renovación del START. Tenemos que avanzar hacia un peligro nuclear menor, no mayor". "En lo que respecta a Europa del Este, Buttigieg aconseja: "La futura política estadounidense hacia Rusia debe incluir un marco de seguridad regional que promueva la estabilidad de Europa del Este e incentive a Rusia a adherirse a las normas internacionales".

La política exterior no parece ser el principal motivo por el que la campaña de Biden se tambalea, y todavía no se han celebrado las decisivas elecciones primarias del "Supermartes", en las que podría recuperar su fortuna electoral. Pero el aparente malestar con el ex vicepresidente se traslada al cuestionamiento de si el sólido papel que prevé para Estados Unidos está contribuyendo a alimentar parte del escepticismo sobre su candidatura.

Por supuesto, la realidad es que los candidatos dirán una cosa en el camino y harán otra en el cargo, y que Warren, Buttigieg o incluso Sanders, una vez en el cargo, podrían adoptar fácilmente un enfoque más intervencionista. Pero, a partir de esta instantánea de principios de febrero de 2020, parece que el segmento comprometido del electorado estadounidense busca menos restaurar el pasado y más cómo evoluciona el papel de Estados Unidos en el mundo en las condiciones de la década de 2020.