Propuesta de Gallagher y narrativas emergentes

Este artículo apareció por primera vez en el blog blog de Ética y Asuntos Internacionales.

Uno de los miembros del grupo de estudio Carnegie Council sobre el compromiso global de Estados Unidos, Colin Dueck, me alertó sobre un importante artículo del Wall Street Journal del representante Michael Gallagher (R-WI), que expone un nuevo paradigma para dirigir la política exterior de Estados Unidos, en lo que se refiere al comercio y a la "competencia entre grandes potencias" en materia de avances tecnológicos. Gallagher aboga por que Estados Unidos y el Reino Unido forjen una nueva alianza comercial y tecnológica, y luego abran esta nueva alianza a otros países que cumplan las normas adecuadas de gobernanza y compromiso con los valores liberales (libre mercado/democracia). El objetivo sería reorientar las relaciones comerciales de ambos países, alejándolas de una China que ni comparte esos valores ni está dando muestras de cumplir la esperanza expresada por Robert Zoellick hace unos 15 años de que Pekín apuntalaría el orden mundial existente.

La propuesta de Gallagher se fundamenta en dos narrativas emergentes sobre la política exterior de Estados Unidos que el reciente informe de Carnegie Council identificó: la narrativa de la "comunidad democrática", en la que Estados Unidos y socios de ideas afines aflojan los lazos con socios comerciales autoritarios y privilegian las conexiones con Estados que comparten valores similares, y la narrativa de la "regeneración/reindustrialización", en la que la atención se centra en facilitar el crecimiento económico y el desarrollo, especialmente en los avances tecnológicos.

Una cosa que he observado en mis encuentros con miembros del Congreso es que esta última narrativa -y la idea surgió de encuentros y discusiones con representantes de ambos lados del pasillo- es que restaurar y perfeccionar la ventaja competitiva de Estados Unidos es de gran importancia para ellos, pero también de su evaluación de que la base a largo plazo del poder estadounidense y su liderazgo de la comunidad de naciones proviene de su cultura de innovación. Así, el ejemplo central de la propuesta de Gallagher -una asociación entre EE.UU. y el Reino Unido para desarrollar la 5G- está diseñado no sólo para contrarrestar a China, sino también para desarrollar grupos de interés en ambos países que se beneficiarían de un programa de este tipo. No se trata de un enfoque de "política exterior como obra social" o de "política exterior como policía mundial", sino de un enfoque de política exterior que busca beneficios tanto a nivel internacional como nacional.

Gallagher intenta responder a la pregunta de con quién compite Estados Unidos y por qué compite, y ofrecer una serie de opciones políticas concretas. Su artículo de opinión forma parte de un proceso y una conversación que el Center for a New American Security considera imperativos a medida que Estados Unidos se plantea qué papel va a desempeñar en el mundo a medida que nos adentramos en la mitad del siglo XXI. En una evaluación recién publicada Protracted Great Power WarAndrew Krepinevich hace esta observación, que resume la cuestión que nos ocupa:

En una democracia, es esencial desarrollar y mantener el apoyo popular a una competición a largo plazo que implique periodos de paz pero también la posibilidad de un conflicto prolongado entre las grandes potencias, sobre todo si un objetivo clave de la seguridad de Estados Unidos es evitar ese conflicto y los enormes costes en que casi con toda seguridad incurriría al librarlo.