Cuatro años después del colapso del consenso bipartidista para la política exterior de Estados Unidos -que se estableció tras la Guerra Fría y sostenía que el despliegue del poder estadounidense es indispensable para gestionar un sistema internacional-, los votantes estadounidenses comprometidos están empezando a reconstruir una visión unificada del papel de Estados Unidos en la escena mundial.
Según las últimas encuestas del U.S. Global Engagement Program en Carnegie Council, dos tercios de los encuestados están de acuerdo con la proposición de que Estados Unidos debería asociarse principalmente con otras democracias. Otro 71% afirma que Estados Unidos debería abastecerse de bienes y servicios importantes procedentes de otras democracias. Esta narrativa de la "comunidad democrática" para la implicación de Estados Unidos en asuntos exteriores postula que la cooperación es posible y deseable entre un grupo de países con ideas afines, y que esta cooperación puede ser mutuamente beneficiosa para resolver retos que trascienden las fronteras, como el cambio climático y futuras pandemias. También puede ser mutuamente beneficiosa para mitigar las ventajas competitivas de otros Estados, como China, que no apoyan los objetivos de seguridad y las propuestas de valor de las democracias. De hecho, sólo el 11% de los encuestados cree que la confrontación es la norma en los asuntos mundiales.
Estas conclusiones proceden del tercer informe de una serie sobre la opinión pública acerca de la política exterior y el compromiso global de Estados Unidos, titulado The Public Responds: Una nueva narrativa sobre el futuro del compromiso global de Estados Unidos. Las percepciones se basan en múltiples encuestas de aproximadamente 500 votantes estadounidenses diversos a lo largo de 2020 e incorporan investigaciones previas de 2018 y 2019 sobre cómo los estadounidenses perciben y conceptualizan los intereses nacionales de Estados Unidos en el extranjero.
"Los resultados muestran que los estadounidenses quieren seguir participando en el mundo, pero les gustaría que Estados Unidos calibrara su nivel de implicación. Quieren asociaciones con otros países que generen beneficios claros, ya sea en salud, comercio o tecnología", dijo Nick Gvosdev, Carnegie Council Senior Fellow, U.S. Global Engagement Program. "Los estadounidenses no son aislacionistas, pero piden a nuestros responsables políticos que examinen detenidamente nuestros vínculos con el sistema internacional".
ASOCIACIÓN CON CHINA
La mejora de las relaciones entre Estados Unidos y China es un tema clave del informe. Los encuestados apoyan una desvinculación parcial de China y una reorientación hacia otras democracias, y están dispuestos a pagar por este punto de vista. Casi 7 de cada 10 estuvieron de acuerdo con la afirmación: "Como consumidor, ¿estaría dispuesto a pagar hasta un 20 por ciento más por un bien o servicio que consume si fuera para adquirirlo en otra democracia en lugar de una alternativa más barata de una no democracia, especialmente si tiene problemas de derechos humanos?".
Sin embargo, la mayoría de los votantes comprometidos también quieren encontrar una forma de trabajar constructivamente con China y no apoyan un enfoque excesivamente confrontacional con China, ni desean excluir la perspectiva de una cooperación beneficiosa con Pekín para abordar los retos transnacionales.
"La cooperación es posible entre rivales. Como nación y ciudadanía global, nos enfrentamos hoy a retos que trascienden las fronteras y que deben afrontarse en colaboración", afirmó Tatiana Serafin, Carnegie Council Senior Fellow, U.S. Global Engagement Program. "Un país no puede hacerlo solo y, según los resultados de este informe, el argumento de 'nosotros contra ellos' ya no resuena entre los votantes".
REPARTO EQUITATIVO DE LAS CARGAS
La equidad es otra consideración importante para los votantes encuestados. Casi 8 de cada 10 encuestados se mostraron cómodos con la búsqueda de soluciones de compromiso con otros Estados -en lugar de adoptar una postura unilateral- para garantizar soluciones amplias y eficaces a los acuciantes problemas mundiales y asegurar un reparto más equitativo de la carga. Esto sugiere que los encuestados están dispuestos a renunciar a parte de la libertad de acción de Estados Unidos a la hora de fijar la agenda a cambio de que otros países asuman una mayor parte de los costes.
Este reparto equitativo de la carga también se observa en las opiniones de los encuestados sobre la política exterior frente a la política interior. Los votantes comprometidos encuestados son conscientes del problema de equilibrar las obligaciones de la política exterior con las consideraciones internas, pero no apoyan un enfoque descaradamente transaccional de "Estados Unidos primero".
Para saber más sobre los resultados de la encuesta y leer el informe completo. Para obtener la información más reciente sobre el impacto de la evolución de la política exterior en la vida de los ciudadanos, escuche el podcast bimensual de Carnegie Council, The Doorstep.
Metodología
Las encuestas fueron realizadas por Carnegie Council en febrero y agosto de 2020, y no pretenden duplicar con exactitud una muestra representativa de la población estadounidense. Entre los aproximadamente 500 encuestados hay representantes de todo el país, de distintos ámbitos profesionales y ocupacionales, y de todas las cohortes educativas, generacionales y de género.
Los encuestados se seleccionaron a sí mismos para participar en la encuesta y en su mayoría son personas que han participado en programas de Carnegie Council for Ethics in International Affairs, que se consideran parte de la sociedad civil y que se consideran interesados en las relaciones exteriores, pero que no forman parte de la comunidad de política exterior estadounidense. Muchos de los que respondieron a las encuestas solían ser personas que participaban en secciones del World Affairs Council o de los American Committees on Foreign Relations.