El siguiente proyecto fue producido por un grupo de trabajo de la cohorte inaugural de Becarios Carnegie de Ética, reflejando casi dos años de reuniones, colaboración e investigación. Cada informe de esta serie especial examina una cuestión crítica en la intersección de la ética y los asuntos internacionales. El objetivo de las Becas Carnegie de Ética es formar a la próxima generación de líderes éticos en los ámbitos de la empresa, el gobierno, el mundo académico y la sociedad civil. en los ámbitos empresarial, gubernamental, académico y de las organizaciones no gubernamentales.
2024, marcado por un número de elecciones sin precedentes, representa un hito histórico en la gobernanza democrática tanto para los académicos como para los ciudadanos. Aproximadamente 64 países, que representan a más de 2.000 millones de personas, celebrarán elecciones este año. Entre ellos, India, Estados Unidos, Indonesia, Brasil y México destacan como las democracias más grandes y económicamente prósperas con procesos electorales significativos, por no mencionar el Parlamento Europeo. Y una movilización política de esta magnitud no debe darse por sentada: Este nivel de participación electoral colectiva no volverá a verse hasta 2048.
Aunque quienes apoyan la democracia como el mejor marco político para facilitar la prosperidad económica y salvaguardar los derechos humanos básicos deberían sentirse alentados por la generalización del sufragio, la volatilidad política y económica sigue siendo un importante motivo de preocupación. Quizá la mayor amenaza para la gobernanza democrática sea la menos comprendida: Las sociedades aún no saben cómo combatir suficientemente el uso de la inteligencia artificial (IA) por parte de actores malintencionados que están desplegando esta tecnología para alimentar campañas de manipulación, desinformación y desinformación.
Carnegie Council for Ethics in International Affairs es una organización independiente y no partidista sin ánimo de lucro. Las opiniones expresadas en este proyecto son las de sus autores y no reflejan necesariamente la posición de Carnegie Council.