Este artículo apareció originalmente en el blog blog de Ética y Asuntos Internacionales.
Tuve el honor y el privilegio de ser invitado del Comité de Relaciones Exteriores de Wichita, para dialogar con sus miembros sobre el papel y el alcance del compromiso global de Estados Unidos. Fue un debate rico y variado, y este resumen no puede hacerle justicia, pero quería compartir algunas de las principales conclusiones que me traje de Wichita.
- Para que Estados Unidos tenga un enfoque sostenible de la política exterior, tanto la comunidad de expertos como la política deben trabajar para recuperar la confianza. El reciente ensayo de Rahm Emmanuel en The Atlantic señala que, a pesar de una serie de fracasos y reveses en política interior y exterior, hay muy poca rendición de cuentas y muchas de las mismas caras permanecen.
- Necesitamos una articulación más clara de los compromisos y compensaciones, y hacerlo de forma holística. Un comentario es que en una era saturada de información podemos estar corriendo frenéticamente de una crisis o acontecimiento a otro, y cada uno exigiendo toda nuestra atención. ¡Intervenir para proteger a los musulmanes rohingya! ¡Hacer algo por los cristianos coptos! Detener las prácticas comerciales desleales de China. Encontrar la manera de ayudar a una transición pacífica en Venezuela. Corremos el riesgo de reaccionar siempre a los acontecimientos de forma aislada, en lugar de sentarnos y ver toda la panoplia de sucesos.
- No todos podemos ser expertos, desde luego no los ciudadanos, ni siquiera los miembros del Congreso. Pero lo que sí podemos hacer es sondear y exigir a nuestros cargos electos, no un juego de "nombra al líder extranjero", sino las líneas generales de su enfoque de los asuntos exteriores. Tenemos que ir más allá de los eslóganes de campaña y los bromuros (pagar cualquier coste, soportar cualquier carga, Estados Unidos es la nación indispensable, etc.) para hacernos una idea del cálculo ético, la asignación de prioridades, las creencias sobre la eficacia del uso de la fuerza, etcétera.
Ali Wyne, que es miembro del grupo de estudio U.S. Global Engagement, habló en el U.S. Naval War College el 20 de mayo de 2019. Algunos de sus comentarios se hicieron eco del debate en Wichita. Señalando que los documentos estratégicos de Estados Unidos ahora caracterizan el objetivo de la política exterior de Estados Unidos como participar con éxito en la competencia de grandes potencias, planteó las preguntas: ¿Qué significa competir? ¿Cuál es el objetivo final? ¿Qué significa para Estados Unidos ser el "número uno" del sistema internacional, basándose en qué criterios? ¿Tamaño de la economía? ¿Capacidad de imponer su voluntad en todo el mundo? ¿Nivel de vida de su población? Estos son los tipos de preguntas que la gente de Wichita -y de hecho de todo el país- debería plantearse en los ayuntamientos y en los foros de candidatos a medida que nos acercamos a las elecciones de 2020.