Este artículo apareció por primera vez en el blog blog de Ética y Asuntos Internacionales.
La narrativa dela "comunidad democrática" suena atractiva sobre el papel: desvincularse de las autocracias y reorientar los lazos económicos y de seguridad hacia aliados que compartan valores similares. Sin embargo, aunque estos temas aparecen a menudo en discursos y alocuciones, ha resultado difícil traducirlos en políticas prácticas. ¿Crea la pandemia del COVID-19, así como la renovada preocupación por la excesiva dependencia de China, una apertura en Estados Unidos y otros Estados occidentales para avanzar en la desvinculación y la reorientación? El Embajador Kurt Volker ha propuesto una agenda que haría operativo el concepto de comunidad democrática, en particular su propuesta de TIGRE: El Pacto Transatlántico de Inversión, Crecimiento y Resiliencia (TIGRE). Tal y como él lo describe, TIGRE sería,
"Diseñado para estimular el crecimiento, eliminar todos los aranceles y establecer el mayor mercado libre del mundo, basado en democracias que respeten el Estado de Derecho. Esto debería incluir a Canadá y México desde el principio, y más tarde estar abierto a todas las democracias que adopten las mismas reglas."
Una parte clave de este proceso sería,
"Identificar las infraestructuras básicas -energía, cibersistemas, sistemas sanitarios, etc.- que deben ser seguras dentro de esa comunidad democrática, sin depender de regímenes autoritarios. Dadas las vulnerabilidades demostradas en las cadenas de suministro, las empresas deben dar mayor prioridad a la seguridad, en lugar de guiarse únicamente por el menor coste. Esto debería afectar a todo, desde la tecnología 5G hasta los equipos sanitarios de protección".
Se trata de una agenda que afecta tanto a las preocupaciones de seguridad nacional como a las de diversos grupos políticos nacionales. También es una forma de reconectar la agenda de defensa y política exterior con las preocupaciones de la "calle principal" sobre empleo y prosperidad sostenible, y también conecta con las preocupaciones sobre el apoyo a la democracia y los derechos humanos.
¿Veremos propuestas como TIGRE ganar tracción en la campaña de 2020? ¿Tendrá fuerza también en otros países europeos? ¿Podría servir para apuntalar una nueva narrativa de la política exterior estadounidense?