Este artículo apareció por primera vez en el blog Ethics & International Affairs.
Una de las críticas que el proyecto U.S. Global Engagement ha recibido en el último año es la valoración de que estamos asignando demasiada importancia a los estadounidenses que han expresado su descontento con el nivel de implicación de Estados Unidos en los asuntos mundiales, y que esto se concentra principalmente en un segmento de votantes que votaron a Donald Trump en 2016. La implicación es que el apoyo a la posición de que Estados Unidos debe tomar medidas enérgicas para defender y ampliar el "orden internacional liberal basado en normas" es la posición por defecto de la mayoría de los estadounidenses, y ciertamente de los miembros del partido demócrata.
El ensayo de Bruce Jentleson en el número de otoño de 2019 de Democracy ("Right-Sizing Foreign Policy") es la última señal de que las preocupaciones que el proyecto U.S. Global Engagement ha estado rastreando cruzan las líneas políticas. Haciéndose eco del tema central del informe provisional de 2018 ("Misconnecting with the American Public: Narrative Collapse and U.S. Foreign Policy") Jentleson pide "una mejor narrativa para el papel global de Estados Unidos". Su evaluación de un reajuste progresivo del enfoque de la política exterior estadounidense respalda la propuesta a la que ha llegado el grupo de estudio Carnegie Council , que Estados Unidos necesita modificar, no poner fin, a su papel en los asuntos internacionales, y que necesita conectar mejor la política exterior con las preocupaciones internas.
Las recomendaciones de Jentleson para una política exterior progresista combinan aspectos de las narrativas emergentes que el grupo de estudio ha estado siguiendo: el tema de la comunidad democrática, el principio organizativo central del cambio climático y la importancia de las cuestiones de "puerta a puerta".
Que la narrativa está cambiando a ambos lados del pasillo también lo confirma el último artículo de Peter Beinart en The Atlantic ("¿Se ha saltado la Presidencia a la Generación X?"). Aunque se centra principalmente en cuestiones nacionales, Beinart describe el "terremoto ideológico" que ha provocado que tanto republicanos como demócratas se alejen y repudien posturas que se consideraban dominantes hace tan sólo unos años. El libre comercio y el "compromiso hacia adelante", dos preceptos clave del enfoque estadounidense de los asuntos internacionales, se encuentran ahora bajo la presión de ambos bandos políticos.
La narrativa sobre el papel de Estados Unidos en el mundo está cambiando y se acumulan más pruebas que sugieren que, independientemente de cómo resulten las elecciones presidenciales y al Congreso de 2020, no hay vuelta atrás al statu quo anterior a 2016.