Este artículo apareció por primera vez en el blog blog de Ética y Asuntos Internacionales.
Escrito en el número de invierno/primavera de 2019 de la revista American OxonianJoseph Nye se pregunta: ¿cómo medimos la moralidad de la política exterior de un presidente? Él señala: "Los estadounidenses constantemente hacen juicios morales sobre los presidentes y la política exterior, pero rara vez somos claros acerca de los criterios por los que juzgamos una política exterior moral." Intenta establecer una prueba "tridimensional" para realizar tales evaluaciones -equilibrar intenciones, medios y consecuencias- y examinar tanto las consecuencias generales como las acciones específicas.
Presenta el siguiente "cuadro de mando ético" para evaluar cada componente.
La primera cesta se centra en las intenciones, los objetivos y los motivos. ¿Existe una visión moral que establezca valores y explique los motivos para actuar? ¿Y cómo se sopesan los valores frente a los riesgos, es decir, cómo se evalúa la prudencia?
La segunda examina los medios. ¿Es proporcionada y discriminatoria la fuerza (y quizá en términos más amplios cualquier herramienta de coacción que inflija castigo o dolor) y se sopesa con la necesidad? ¿Y los medios que deben emplearse son "liberales" (respetan los derechos y las instituciones)?
El último conjunto de criterios está relacionado con las consecuencias. Ofrece tres:
- Fiduciario: ¿cómo apoya o mejora el acto los intereses de la comunidad y, en este caso concreto, los de Estados Unidos? Quizás podríamos enlazar con el concepto de partes interesadas nacionales.
- Cosmopolita: ¿el acto minimiza los daños o pérdidas a terceros ajenos a la comunidad?
- Educativo: que define como el fomento de "la verdad, la confianza y la ampliación del discurso moral".
Nye rechaza la noción de que "la moral es irrelevante" (citando a un funcionario francés anónimo con el que se encontró en la época en que era subsecretario de Defensa) y que es "tautológico... decir que todos los Estados intentan actuar en su interés nacional". En su lugar, intenta encontrar una manera de "definir y elegir" cómo se persigue ese interés nacional, de una manera ética. En otras palabras, operativizar la ética para que pueda ser utilizada por los responsables políticos.