Este artículo apareció originalmente en el blog blog de Ética y Asuntos Internacionales.
Durante el último año y medio, el programa U.S. Global Engagement ha examinado las causas del"colapso narrativo" de la política exterior estadounidense. Después de haber llegado a algunas conclusiones preliminares sobre la desconexión entre lo que los políticos y expertos estadounidenses han estado articulando y las preocupaciones de la ciudadanía, a medida que avanzamos hacia la campaña de 2020, es hora de evaluar qué narrativas se ofrecen para proporcionar un marco y una justificación para la participación de Estados Unidos en los asuntos mundiales.
Una narrativa emergente podría denominarse "restauracionista". Este enfoque sostiene que los estadounidenses, tras haber experimentado las interrupciones y desconexiones de la administración Trump, volverán al antiguo consenso bipartidista sobre la política exterior de Estados Unidos: volver a lo familiar y estable. Una segunda es lo que yo llamo el enfoque de "malditos sean los torpedos": que las perturbaciones y dislocaciones -ya sea en el comercio, las relaciones de alianza, las instituciones multinacionales, etc.- son necesarias para despejar el pensamiento y los enfoques antiguos y permitir el surgimiento de un nuevo paradigma de "Estados Unidos primero" que reequilibrará los compromisos e intereses estadounidenses. En teoría, un enfrentamiento Joe Biden-Donald Trump en 2020 podría caracterizarse por el choque entre estas dos perspectivas.
Sin embargo, hay otras narrativas que están tomando forma. Hay variaciones del enfoque de la "comunidad democrática", según el cual EE.UU. debería pivotar y reorientar sus principales relaciones económicas y de seguridad para abarcar una comunidad de democracias afines de Europa y Asia (y quizá de América Latina y África) y que no sólo promoverá el desarrollo de normas (y resistirá los esfuerzos de China, Rusia y otros para revisar los principios básicos del actual sistema internacional), sino que tratará de reincentivar el apoyo a una coalición democrática de naciones reorientando las relaciones comerciales para que las democracias comercien e inviertan entre sí, en lugar de "atar" sus economías a un sistema chino que puede prometer productos más baratos y crédito fácil, pero que no apoya los objetivos de seguridad o las propuestas de valor de las democracias. En su reciente comparecencia en Carnegie Council , Ash Jain analizó cómo el rejuvenecimiento del papel de liderazgo de Estados Unidos en una coalición democrática de naciones podría proporcionar una narrativa nueva y sostenible para la política estadounidense. En un acto posterior, Ali Wyne examinará si el concepto de "competencia entre grandes potencias" puede servir de modelo. Existe también una incipiente narrativa del "cambio climático" que sostiene que los cambios que se esperan en el clima mundial exigirán una reconceptualización de los asuntos mundiales y del papel de Estados Unidos en ellos.
A medida que nos adentramos en el siglo XXI, la denominación "posguerra fría" pierde relevancia. Sin embargo, no ha surgido una nueva construcción y narrativa que ocupe su lugar y que goce de un amplio apoyo y resonancia. ¿Funcionará modificar la vieja narrativa? ¿O ocupará su lugar una de estas alternativas?