El 11 de julio, Cityforum, un grupo de reflexión sobre políticas públicas con sede en Londres, convocó una Cumbre sobre Ciberseguridad para debatir los retos mundiales en este ámbito. La cumbre contó con ponentes gubernamentales de alto nivel de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como con líderes multinacionales del sector privado y el mundo académico.
Los debates reflejaron la solidez de la asociación entre Estados Unidos y el Reino Unido para mejorar la estabilidad en el ciberespacio, aumentar la contratación de personal, la formación y los programas de retención, y proteger las infraestructuras críticas. Un aspecto clave de la cumbre fue que las personas, y no la tecnología, son el componente más esencial para generar ventajas duraderas en y a través del ciberespacio. Al dar prioridad a las personas, Estados Unidos y sus socios aliados pueden trabajar juntos para disuadir los conflictos y cultivar una resistencia política y social eficaz.
Mejora de la ciberresiliencia
Aunque la mejora de la ciberresiliencia y el refuerzo de un comportamiento estatal responsable ocuparon un lugar destacado, también se presentó a los asistentes la naturaleza interconectada de las ciberamenazas a los sistemas espaciales. Las decisiones de ingeniería basadas en la ciberseguridad deben ejecutarse a lo largo de todo el ciclo de vida del sistema, en lugar de ser una consideración secundaria. En este sentido, la nueva Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2023 de la administración Biden articula la importancia de la ciberseguridad para proteger la infraestructura espacial. El nuevo Marco Estratégico para la Diplomacia Espacial del Departamento de Estado de EE.UU. también aboga por integrar la gestión de riesgos de ciberseguridad y los principios de diseño descritos en la Directiva de Política Espacial 5: Principios de Ciberseguridad para Sistemas Espaciales. El Marco respalda expresamente la mejora de las defensas de ciberseguridad de los sistemas terrestres espaciales, la reducción del acceso no autorizado a las funciones críticas de los sistemas espaciales y el fomento de la colaboración entre los dominios cibernético y del espacio exterior.
A medida que estos ámbitos se interconectan y se cuestionan cada vez más, hay mucho que examinar desde una perspectiva ética y de gestión medioambiental.
Armas cibernéticas y electrónicas contraespaciales
En primer lugar, las ciberamenazas a los sistemas espaciales son, desgraciadamente, el "punto débil de nuestras redes espaciales globales", anunció el Teniente General Stephen Whiting, Comandante del Mando de Operaciones Espaciales de las Fuerzas Espaciales de Estados Unidos.
Las armas cibernéticas contraespaciales pueden adoptar diversas formas, como interceptar y vigilar datos, corromper datos con programas maliciosos o incluso arrebatar el control del sistema espacial al operador espacial. Estas armas pueden interrumpir y degradar la funcionalidad de los sistemas y, en casos extremos, destruirlos. En este sentido, las armas electrónicas contraespaciales interrumpen la transmisión de señales de radiofrecuencia mediante la interferencia de los relés de comunicación. Por ejemplo, como explica Eva Berneke, consejera delegada de la empresa francesa de satélites Eutelsat, en The Economistlos agentes estatales iraníes han estado interfiriendo y realizando operaciones cibernéticas contra los satélites de Eutelsat. En conjunto, los adversarios están aprovechando las armas contraespaciales para explotar la dependencia de los satélites espaciales para las necesidades de comunicaciones, navegación y vigilancia.
El conflicto en Ucrania es otro ejemplo de cómo los ciberactores maliciosos pueden manipular varios puntos de entrada para explotar sistemas terrestres y orbitales... En febrero de 2022, agentes estatales rusos lanzaron una operación cibernética maliciosa contra los satélites comerciales KA-SAT de Viasat Inc. que interrumpió miles de módems en Ucrania y Europa. El ataque también produjo daños indiscriminados al interrumpir turbinas eólicas y servicios de Internet a ciudadanos particulares en toda Europa. Aparte del ataque a Viasat, Elon Musk, consejero delegado de SpaceX, tuiteó el 10 de mayo de 2022 que los terminales terrestres de Internet Starlink que prestan servicio a Ucrania habían sido objeto de "intentos de interferencia y pirateo cibernéticos rusos", y especuló con que Rusia estaría "intensificando sus esfuerzos" contra Starlink.
Seguridad, sostenibilidad y ética espaciales
Teniendo en cuenta estas amenazas, el conflicto en Ucrania está incitando a los líderes militares y de la industria espacial a reevaluar cómo fortalecer los sistemas espaciales frente a las ciberamenazas. La hoja informativa no clasificada sobre la próxima Estrategia Cibernética 2023 del Departamento de Defensa identifica a Rusia como "una amenaza aguda en el ciberespacio" citando los repetidos ciberataques contra infraestructuras críticas civiles ucranianas. Atacar infraestructuras espaciales comerciales de doble uso para entidades civiles y militares -como el sistema europeo de navegación por satélite Galileo- es un área compleja del derecho internacional humanitario. Tales operaciones militares requieren una cuidadosa consideración de los efectos de segundo y tercer orden.
Además, dejar sin respuesta a los satélites espaciales y arrebatar el control al operador del sistema aumenta el riesgo de escalada del conflicto y de colisión física con otros activos en órbita. Cuando las naves espaciales colisionan con otros objetos que realizan actividades espaciales rutinarias, o son destruidas intencionadamente, se generan desechos y se corre el riesgo de desencadenar una reacción en cadena de colisiones y propagación de desechos. Este fenómeno, conocido como "colisión en cascada" o síndrome de Kessler, podría inutilizar una órbita para la investigación científica y la exploración, así como perjudicar el crecimiento de la economía espacial comercial. Universe Today informa de que si se produjera una guerra en el espacio exterior, los desechos orbitales, coloquialmente conocidos como basura espacial, "destruirían todos los satélites que quedan en órbita en los próximos 40 años". Por estas razones, la basura orbital es la principal amenaza para las naves espaciales, los satélites y los astronautas, advierte la NASA.
Los desechos orbitales también plantean implicaciones éticas porque producen daños indiscriminados e impiden a las generaciones futuras avanzar en la frontera del conocimiento científico. Según el Secretario de Estado Antony Blinken, el Marco de Diplomacia Espacial pretende contribuir al avance de la política espacial para preservar la sostenibilidad de la exploración espacial para la posteridad.
Del mismo modo que la ciberseguridad de los sistemas espaciales no debe considerarse una ocurrencia tardía, tampoco pueden pasarse por alto las preocupaciones éticas y de sostenibilidad en torno a las actividades contraespaciales agresivas.
Carnegie Council La becaria visitante Zhanna L. Malekos Smith participó como ponente experta en la Cumbre de Ciberseguridad de Cityforum el 11 de julio de 2023.
Carnegie Council para la Ética en los Asuntos Internacionales es una organización independiente y no partidista sin ánimo de lucro. Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la posición de Carnegie Council.