Andrew Carnegie dedicó la última parte de su vida a intentar crear la paz mundial. Creó la Church Peace Union (CPU) en febrero de 1914 con la convicción de que las congregaciones eclesiásticas podrían convertirse en la base de un movimiento popular para proscribir la guerra. En una terrible ironía, unos meses más tarde, en julio de 1914, comenzó la Primera Guerra Mundial.
Los miembros fundadores de la Unión por la Paz de las Iglesias eran líderes de diversas confesiones religiosas. En febrero de 1914, se convirtieron en firmantes de resoluciones dirigidas a los líderes políticos y religiosos de Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, argumentando que los costes innecesarios de la militarización eran más perjudiciales que beneficiosos.
El documento adjunto en la barra lateral derecha contiene un extracto de las resoluciones completas junto con preguntas de análisis sugeridas. El documento es interesante como ejercicio de debate, ya que muchas de las razones subyacentes de la paz siguen siendo válidas hoy en día. El texto completo de las resoluciones puede consultarse aquí.