Ponente: Andrew Bacevich, Universidad de Boston

Transcripción:

Aquí es donde discrepo radicalmente de George W. Bush, que tras el 11-S no sólo reconoció la existencia del mal, sino que básicamente dijo: "Vamos a eliminar el mal".

Lo que quiero decir aquí no es simplemente que el mal existe, sino que el mal es endémico. La existencia del mal es una manifestación de la tragedia de la historia en la que nos encontramos.

Si no puedes eliminar el mal, ¿qué puedes hacer con respecto al mal? Puedes ignorarlo, pero no es lo más sensato. Se puede hacer todo lo posible para encontrar formas de hacerle frente, para minimizar su efecto y el peligro que representa.

Al tratar de averiguar qué hacemos con el mal, en lugar de empezar con la idea de "Bueno, supongo que será mejor ir a eliminarlo; consíganme un grupo de combate de portaaviones", deberíamos dar un paso atrás y tratar de evaluar dónde encaja en el orden jerárquico del mal (donde Hitler y Stalin están en el número diez). Deberíamos juzgar hasta qué punto exige una respuesta, y luego tratar de pensar con la cabeza fría en la gama de alternativas disponibles.

La primera respuesta no debería ser una respuesta militar. Estoy totalmente de acuerdo en que hay veces, ha habido veces y habrá veces en que sea necesario optar por la guerra.

Este consenso de seguridad nacional se ha arraigado en la forma de pensar de Washington, especialmente desde el final de la Guerra Fría. Desde que se impuso la idea de que éramos la superpotencia todopoderosa, nos hemos apresurado demasiado a coger la pistola y apretar el gatillo, y no deberíamos hacerlo.

Transcripción de la conferencia completa

Conferencia basada en el debate sobre Las reglas de Washington: El camino de Estados Unidos hacia la guerra permanente