Esto no sólo plantea problemas medioambientales, sino también una serie de nuevas oportunidades y rivalidades comerciales, además de posibles problemas de seguridad. Por un lado, el deshielo abrirá nuevos canales de navegación para transportar petróleo y gas desde y a través del Ártico. Por otro, ha habido reivindicaciones enfrentadas por partes del territorio ártico rico en recursos, con Rusia quizá a la vanguardia en la articulación y promulgación de reivindicaciones de "interés nacional". Para saber más, lea estos oportunos documentos de Carnegie Council que se centran en la cooperación internacional -o de otro tipo- en el Ártico. Los documentos son:
- El Ártico: ¿el próximo "punto caliente" de las relaciones internacionales o una región de cooperación? por el Dr. Yuri Morozov, del Instituto de Estudios Estadounidenses y Canadienses de la Academia Rusa de las Ciencias, con sede en Moscú.
Paz fría: La cooperación internacional se afianza en el Ártico por el Dr. Michael Byersde la Universidad de Columbia Británica.
"Tanto nuestros académicos norteamericanos como los rusos aquí representados coinciden en que el cambio climático es el reto primordial en el Ártico", afirma David Speedie, Director delPrograma de Compromiso Global de Estados Unidos Carnegie Council . "Sin embargo, tienen perspectivas muy diferentes. El Dr. Morozov se centra más en los intereses estratégicos y los posibles conflictos, al tiempo que sostiene que Rusia ha tomado la iniciativa en el avance de las perspectivas de cooperación internacional en el Ártico, basándose en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, que Estados Unidos aún no ha ratificado. El Dr. Byers se muestra notablemente optimista y cree que el Ártico "se ha convertido en una zona de cooperación tranquila, a medida que los países colaboran para cartografiar los fondos marinos, proteger el medio ambiente y protegerse de nuevas amenazas no estatales a la seguridad"". "En general", concluye Speedie, "podemos ver cómo la balanza se inclina a favor de la cooperación más que de la competencia en esta región crítica". El Dr. Byers describe una "red de derecho internacional que se extiende por el Ártico", y que llega incluso hasta un acuerdo de notificación conjunta entre Estados Unidos y Rusia sobre sobrevuelos militares. En términos más generales, el Consejo Ártico de 1996 ha "institucionalizado la cooperación" en asuntos no militares (especialmente medioambientales) entre los ocho países árticos, una lección que quizá no deba perderse en Copenhague".